Por Carlos Palomares Rivera
Pocas semanas tiene 2017, sin embargo, los acontecimientos políticos y sociales en nuestro país dan la sensación que el año en curso ya lleva varios meses transcurridos, dentro de toda esta nube de sucesos, derivados de cambios y ajustes económicos, se encuentra el alza al precio de la gasolina y que si bien no será el tema central de este artículo de él se deriva, pues a raíz de ello surgen varios movimientos de protesta con dicho motivo.
A partir del primero de enero de 2017 el precio del importante hidrocarburo quedó de la siguiente forma:
- 15.99 pesos para gasolina Magna
- 17.79 para gasolina Premium
- $17.05 para diésel
Lo cual representa, incrementos de:
- 14.2% adicional al costo de Magna
- 20.1% más para Premium
- 16.5% más por el costo del diésel[1]
Lo anterior generó inconformidad en la ciudadanía que rápidamente lo manifestó, iniciaron las marchas con los transportistas bloqueando importantes accesos a la capital del país,fueron tomadas diversas gasolineras,lo que generó que varias de ellas suspendieran actividades, esto trajo como resultado desabasto en un primer plano, posteriormente se dio inicio a actos de violencia como forma de manifestación.
El dos de enero ocurrió el primer acto de rapiña, un grupo de sólo algunos cuantos ingresaron a una tienda de conveniencia en la zona conurbada de la Ciudad de México y sustrajeron cuanto pudieron de ella, a ese acto le siguieron varios más con la misma tónica y el mismo móvil.
En este punto cabe hacer una reflexión sobre este reprobable acto, para poder ingresar a plena luz del día y sustraer de manera colectiva artículos diversos de locales establecidos. Considero, que se requiere de una organización muy sólida; un grupo de ciudadanos por muy organizados no tiene ni la capacidad ni las herramientas para enfrentarse a un cuerpo de seguridad y rebasarlos para conseguir su objetivo; la primera interrogante es, ¿Los saqueadores son ciudadanos organizados que muestran su inconformidad robando en locales establecidos? Considero que la posible respuesta sería un no.
La segunda interrogante en torno al tema en análisis es, ¿Quiénes son los que lo hacen? Una respuesta que pareciera difícil de entender sería que es el propio gobierno quien crea estos disturbios, sin embargo el tema es más complejo que sólo culpar al gobierno de dichos actos.
Inicio diciendo que es correcto creer que existen grupos de choque al servicio del gobierno para crear este tipo de disturbios, sin embargo, no todos los participantes de ella son agentes pagados por el Estado. Considero factible pensar que dichos grupos son quienes inician, es decir, ingresan y organizan a los ciudadanos para efectuar los actos de rapiña, sin embargo, el contingente de personas que ingresan posteriormente y hurtan insumos son parte de la población.
Dicho lo anterior llega la tercera interrogante ¿Con qué finalidad el Gobierno haría algo así? Y es en este momento donde llegamos al punto central de este artículo, la respuesta que considero más viable a esta interrogante es que con estas acciones se pretende infundir miedo en la población y así evitar que el ciudadano salga a las calles a manifestar su inconformidad. Explicare y abundaré más sobre esta respuesta en las líneas que continúan.
Cuando iniciaron los saqueos en la Ciudad de México algunas noticias señalaban lo siguiente:
– “Saqueos durante manifestaciones por ‘gasolinazo’ en Atizapán y Naucalpan”[2]
– “Saqueos y crisis política en México”[3]
– “Mueren cuatro durante saqueos por gasolinazo”[4]
Bajo estos encabezados, los noticiarios de mayor audiencia matutina y nocturna dedicaban gran parte de su espacio en televisión para dar cobertura a los aconteceres, por ejemplo el programa “Así las cosas”[5] informaba lo ocurrido y aclaro, no es negativo que se destine tiempo del programa a informar lo que ocurría, no hacerlo sería ir en contra de los propios principios básicos de la existencia de dichos espacios en los medios de comunicación, yo lo resalto porque de ellos se desprende mi tesis principal.
En este orden de ideas, la población mexicana comenzaba a sentir miedo de salir a las calles para manifestar lo que es considerado como injusto, el pánico se hizo presente en la ciudadanía y poco a poco el tema central ya no eran las razones “oficiales” por las que se elevó el precio de la gasolina, lo que acaparaba el centro de atención era la ola de inseguridad que se vivía principalmente en la capital y sus alrededores.
A manera de conclusión, los actos de rapiña y violencia generada por el alza a los precios de la gasolina son reprochables desde cualquier punto de vista, pero es más reprochable que los ciudadanos sigan el ejemplo de individuos orquestados que los llevan a cometer actos ilícitos, en donde los únicos afectados somos los mismos ciudadanos.
Los saqueos sólo fundaron el miedo en los ciudadanos para que, al temer por su seguridad, permanecieran en sus hogares, los comercios cerraran y todo estuviera en aparente calma.
Estoy convencido que la libertad de expresión debe ser un derecho que no puede tratar de suprimirse, que debe permanecer siempre vigente y que se debe pelear por él, no estoy incitando a una rebelión, simplemente estoy señalando que como mexicanos exijamos a nuestras autoridades de forma pacífica y ordenada.
[1] http://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/12/27/1136468
[2] La Jornada en línea http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/01/03/saqueos-en-naucalpan-y-atizapan-tras-manfifestaciones-por-2018gasolinazo2019 Noticia del Martes 03 tres de Enero de 2017
[3] El país http://elpais.com/elpais/2017/01/08/opinion/1483894217_030662.html Noticia del 08 ocho de Enero de 2017
[4] El debate http://www.debate.com.mx/mexico/Mueren-cuatro-durante-saqueos-por-gasolinazo-20170106-0025.html Noticia del 06 de Enero de 2017
[5] Programa radiofónico trasmitido por la cadena W radio en la ciudad de México en la frecuencia 96.9 de Frecuencia Modulada.