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Complejidad Social (Derecho, Economía y Política) Jacqueline Miranda De los Santos

Gobierno Abierto y Transparencia en torno a la Seguridad Pública

Por Edith Sanchez Ruiz

Este es una tema de gran interés e impacto dentro de las políticas públicas, y un tema que bien analizado puede ser la clave para generar líneas de acción con la suficiente fuerza para ser eficientes y eficaces, sin embargo, al ser un tema que en nuestro país es “reciente”, se corre el riesgo de ser sobre entendido y ser transformado en algo completamente diferente.

Las políticas de gobierno abierto hacen más difícil el abuso de poder y la corrupción, aun cuando también, en ocasiones, dificultan que los actores políticos íntegros asuman riesgos y tomen las mejores decisiones. La opción por la transparencia puede dificultar que los gestores serios y responsables tomen decisiones impopulares o que asuman riesgos en beneficio colectivo; en todo caso, tras ella existe la convicción de que es preferible evitar el mal que conseguir un bien optimo, en suma es una opción que responde a una estrategia maximin, de minimización de riesgos, muy propia de sociedades críticas y desconfiadas frente al poder, y de los políticos que se mueven en dichas aguas.”[1]

Resulta interesante el análisis del Dr. Manuel Villoría Mendieta, puesto que, el papel que juega el gobierno abierto en este enfoque es dar  transparencia y claridad a lo que posiblemente ha estado sin conocimiento, y así brindar la información que no está al alcance de personas comunes, implica dar una visión de los malos rendimientos, esto significa que  disminuirían los índices de las malas actuaciones de los gestores burocráticos. Brinda como principal postulado la transparencia, y dicha idea la podemos ligar con los postulados hechos por el profesor Mauricio Merino, quien en su idea de la Nueva Gerencia Pública sostiene como pilar, la transparencia. Es por eso que sostenemos que México se encuentra inmerso entre estos dos sistemas.

La transparencia medida a través de las TIC –otra forma de hablar de open government- tiene múltiples proponentes, los cuales consideran que aporta al ciudadano mayor información, ayuda a la sociedad a tomar decisiones mejores y más racionales y promueve sociedades más ricas y democráticas, ni más ni menos.”[2]

Existen cuatro ideas básicas que fungen como pilar del gobierno abierto, que provocan la funcionalidad, entre las que destacan las siguientes:

  1. Las del gobierno promotor de bienestar a través de la capacidad regulatoria.
  2. Las del gobierno transparente que rinde cuentas.
  3. Las del gobierno participativo y promotor de civismo
  4. Las del gobierno eficiente, colaborador y generador de conocimiento.

“Las dos primeras están basadas en la regulación y en el papel del Estado, generando instituciones para mejorar la sociedad; las dos segundas se basan en la capacidad de la sociedad para crear, por sí misma y con el Estado, mejoras sociales. En cada uno de estos marcos existe todo un conjunto de creencias sobre el rol del Estado, el papel de la sociedad y la naturaleza humana que, por desgracia, mismas que no son fácilmente integrables y que no pueden existir sin tensiones.”[3]

Encontramos que cada uno de estos elementos que integran los pilares del gobierno abierto, son también elementos destacables del gobierno que se rige por medio de las políticas públicas. La idea de la capacidad regulatoria del Estado surge desde el momento que es capaz de analizar y comprender las conductas “dañinas” de una sociedad, y aunque no se genere una situación de gran impacto debe actuar para desincentivar dichas actuaciones, esto es lo que conocemos de mejor manera como “prevención”, en el caso de la problemática de la inseguridad es muy posible que gran parte de las situaciones comiencen siendo problemáticas de bajo impacto y  que cuyas características sean combatibles antes de ser conductas reiteradas. Posiblemente el Estado podría trabajar desde esta óptica y desde este punto con la prevención como una promoción del bienestar social, sería incluso la forma más eficiente de lograr dicho objetivo.

Surge la idea del gobierno paternalista, el gobierno implementador de  acciones para proteger a su población, “Un gobierno que desde un cierto paternalismo benevolente aporta información para la toma de decisiones inteligentes por parte de los ciudadanos es un gobierno que, en un principio, actúa bien.”[4], sin embargo, emerge la duda de ¿qué es actuar bien?, un respuesta próxima sería la implementación de acciones que aun cuando no sean del agrado de la mayoría, generaran un bienestar para casi todos, situación que en muchos casos no sucede así, puesto que siempre se ve involucrado en este tipo de decisiones el interés del gobernante, un interés que sólo beneficia a la minoría, y que comúnmente son una minoría cercana a ellos. Un gobierno paternalista funciona bajo situaciones en las que se tiene clara la visión del problema, donde existe transparencia y donde la mayor parte del problema de corrupción esta erradicada, de lo contrario será sólo un Estado que busque su propio bienestar.

En cuanto al gobierno transparente capaz de rendir cuentas “claras”, es otro uno de los pilares fundamentales,  comprender que un “gobierno regulador”  que está en constante movimiento y generando líneas de acción, debe ser capaz de informar a su población de cada aspecto, es decir, desde la eficiencia de sus programas, hasta de la situación económica. Debemos recordar que el trabajo que se realiza con las políticas públicas lleva el éxito inmerso en la colaboración con los ciudadanos, el gobierno que trabaja solo, que no rinde cuentas, está condenando sus políticas públicas al fracaso, no es viable pretender que sea funcional lo que no se conoce. En materia de seguridad pública es de relevancia que se trate de un gobierno transparente, no sólo de un Estado de discursos que “hagan creer que se han disminuido los índices de inseguridad”, se pueden omitir muchos aspectos en el mapa de la “realidad” de la seguridad, incluso es posible hacer creer que no están esos problemas ahí, pero la percepción es una situación diferente de quien vive en esa situación. Se pierde credibilidad y confianza.

“Por ello, un buen gobierno, como sujeto responsable de la construcción de una buena gobernanza y calidad democrática, debe generar todo un conjunto de reglas formales e informales que constriñan conductas ineficientes, arbitrarias, corruptas e ilegales entre sus empleados y dirigentes, y que incentiven lo contrario, transparencia, eficiencia, imparcialidad e integridad. Este conjunto de reglas precisan de procesos coherentes para su aplicación o “lógicas de lo apropiado”. Y, además, necesitan organizaciones que no solo sean actores racionales del juego institucional, sino también actores morales que asuman los valores y fines que las justifican y procedan a asegurar el respeto y aplicación imparcial de las reglas y procesos encomendados.”[5]

Analizaré el tema del gobierno participativo y promotor del civismo, en términos del gobierno abierto deberíamos comprender este tema de la siguiente manera:

“Ciertamente, la ciudadanía actual está dispuesta a participar e involucrarse en la defensa de políticas que afectan a lo que entienden como la vida que quieren vivir, pero, al tiempo suelen centrarse en temas que están cerca de casa (closet to home) y rechazan decisiones que, aunque beneficien a la comunidad, les perjudique directamente (not in my back yard) y todo ello lo hacen de forma intermitente, en función, muchas veces, de la construcción mediática de problemas y opciones. Obviamente, ese no es el modelo de implicación cívica que está detrás del civismo antes enunciado. De ahí la necesidad de que el gobierno abierto fomente también virtud cívica y construya capital social si quiere cumplir con sus promesas participativas.”[6]

Suele ser muy fácil para los ciudadanos decir que algo no es funcional por el mal análisis del gobierno sobre el problema, «porque es el mismo gobierno de hace setenta años que no funciona porque son corruptos», pero olvidan el papel que juegan ellos, es casi imposible creer que el pensamiento colectivo de la población no tiene un impacto en la sociedad. ¿Qué ocurre cuando una política pública no beneficia a una minoría, que resulta tener influencia sobre el gobierno?, estamos hablando de que no existe un beneficio directo, pero tampoco existe un daño, entonces, por qué se oponen a la idea del beneficio del otro, no existe desde hace mucho tiempo la idea del reconocimiento de que los demás estén en problemas, y aun cuando existe este reconocimiento si la solución no me beneficia, entonces no la acepto. Comienza aquí el dilema que ya es de forma directa un freno de la misma población. Se trata entonces de que para que exista un gobierno abierto, primero debe existir la educación cívica, la consciencia de valores y sobre todo el reconocimiento de la otredad como principio fundamental. Aquí radicaría el conflicto de la división de clases, porque no podemos determinar concretamente que la clase privilegiada es la que no posee esa conciencia, sino también quien se encuentra bajo condiciones de pobreza es posiblemente inconsciente de lo que los otros necesitan, se busca forzosamente salir de esa situación, sin importar a quien se perjudica. No es posible ver con claridad esos principios mencionados en ninguna parte, entonces, hasta qué punto bajo una premisa así, es viable el gobierno abierto sino hay una previa adjudicación de valores necesarios para la eficiencia del sistema. De aquí la importancia de este pilar para que la idea de gobierno abierto como sistema funcional.

“Si tuviésemos que definir un problema típico de este tipo de proyectos no podríamos obviar el problema del populismo y las decisiones marcadas por estados emocionales. Por una parte, los líderes políticos pueden embarcarse en comunicaciones populistas con la ciudadanía, por otra, la ciudadanía puede proponer medidas marcadas por estados emocionales de indignación que atenten contra derechos individuales.”[7]

Hablare del último punto, el gobierno eficiente, colaborador y generador de conocimiento. “La apertura de información y transparencia genera eficiencia. Los estudios sobre la transparencia y sus efectos benéficos en el mundo de la economía son muy numerosos. Los datos sobre el funcionamiento de la economía proporcionados por los Estados ayudan a los mercados a funcionar mejor; gracias a ellos los inversores productores y consumidores pueden tomar decisiones más eficientes.”[8] Como se hizo mención, un gobierno confiable será  un Estado capaz de ser transparente en su rendición de cuentas, es obvio que no sólo en la economía esto resulta funcional, debemos ser conscientes que es también un mecanismo de defensa y de control de la corrupción, este mecanismo o sistema ayuda a ser más eficiente no sólo la puerta económica sino a cualquier clase de política que se implemente, incluso podríamos hablar de que un gobierno abierto y transparente generará mayor comodidad para la ciudadanía en el ámbito democrático.

Comprendemos que bajo estos cuatro aspectos, a la inconsistencia de alguno de estos pilares, el gobierno abierto puede ser poco funcional. Es preciso entender que en el mecanismo de dicho medio en conjunto con las políticas públicas, el gobierno abierto jugara un papel de subsistema que complementa y fortalezca al sistema principal.

Por último es necesario abordar un cuestionamiento que surge ante el tema de gobierno abierto, ¿Cuán abierto debe ser un gobierno?, “Hillary Clinton recalca que la cura para la corrupción es la transparencia. Aquellos gobiernos que se esconden de la vista pública y descartan la idea de apertura y las aspiraciones de sus pueblos para una mayor libertad se encontraran con que les resulta cada vez más difícil mantener la paz y la seguridad.”

“Quizá la idea de la transparencia hoy ha ganado cada vez más aceptación, sin embargo, ¿Dónde están los límites de la apertura a la información? Existe una tensión entre el  <<derecho a saber>> y el <<derecho al secreto>>, entre ambos no siempre es fácil distinguir la línea entre los procedimientos que pueden ser categorizados como abiertos o cerrados.”[9]

Resulta obvio que la apertura lleva dentro de sí las puertas de la confianza, es la credibilidad de las actuaciones realizadas, la rendición de cuentas del gobierno a alguna institución u órgano que funja como intermediario para el conocimiento de dichos actos emitidos por la administración. Brindar certeza a los ciudadanos, instituciones, empresas y organizaciones de la sociedad civil, el gobierno abierto y transparente implica en su propio término un trabajo con la sociedad en general. Aunque este no es un tema nuevo, si lo es para muchos países que apenas comienzan a redescubrir la transparencia como forma de erradicar la afectación generada por la corrupción, un gobierno basado en las políticas públicas deberá tomar sus bases en este subsistema, para que el sistema principal resulte funcional, de aquí la importancia del gobierno abierto en el mundo de las políticas públicas.

[1] Villoría Mendieta, Manuel, “Gobierno Abierto como subsistema de políticas: Una evaluación desde el institucionalismo discursivo”, en La promesa del Gobierno Abierto, México 2012, p. 74.

[2] Ibídem.

[3]Ibídem.

[4 Ibídem.

[5] Ibídem.

[6]   Idem p. 77

[7] idem, p. 85.

[8] Ídem.

[9] Wickham, D. Q., “Let the sun Shine In! Open- Meeting Legislation Can be Our Key to Closed Doors in State and Local Government.” Nw. UL Rev., 1973, p. 482. Documento disponible en pdf en: http://www.law.fsu.edu/journals/lawreview/downloads/352/chance_locke.pdf