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Complejidad Social (Derecho, Economía y Política)

Breve historia sobre la lucha de clases.

Por Abraham Baruch Guzmán Yáñez

INESAP, F.S.T.S.E,

Parte dos: Del Capitalismo al Imperialismo.

El título del presente opúsculo es Del capitalismo al imperialismo y como el nombre refiere es un análisis al modo de producción capitalista, el cual tiene mucho contenido que abarcar, pero a razón del tratado que estamos desarrollando lo acotaremos en forma sucinta y lo enfocaremos a la lucha de clases, la cual se trabajará de la siguiente manera, la primer fase englobará la continuación del ocurso parte uno: El devenir histórico; en la segunda fase desarrollaremos la lucha de clases a nivel global, abordando el tema macro y micro empresa; a posteriori ambos temas convergerán desde un enfoque de factores, relación y consecuencias o repercusiones.

Según comentábamos el capitalismo es un modo de producción que integra a todas las personas y no excluye a nadie por su posición en este sentido podemos decir que se fortalece con cada uno de los miembros que lo integran, claro desde distintas posiciones, algunas más privilegiadas que otras atendiendo a aquel dicho capitalista “Cuanto tienes, cuanto vales” o el sinónimo, “mucho tienes mucho vales; nada tienes, nada vales”. hablando propiamente del poder adquisitivo que se tiene

Para precisar y darnos una breve idea del mecanismo de este aparato económico, imaginemos un triángulo equilátero y coloquemos a los grandes empresarios o burgueses en la cúspide, de aquí podemos ir clasificando en descenso a los empresarios de menor capital y así subsecuentemente, una vez que concluimos con los dueños de los modos de producción, comenzaremos a formar a aquéllas personas que referíamos como clase media, estos cuentan con conocimiento y aptitudes que les proporcionan una posición preferente dentro del mundo capital pero siguen considerándose como clase proletaria,  lo que nos lleva  a un punto medular, la clase trabajadora u obrera, que como ya se precisaba, solo cuenta con su fuerza de trabajo para comerciar en el mercado capital.  

Partiremos de este punto para hacer una breve reflexión puesto que, si bien es cierto que la clase proletaria se encuentra en el último escalafón del sistema capitalista, también es correcto decir que esta es la base y sustento de los peldaños superiores y es en esta clase donde descansa el sostén de este modelo económico, no solo por su fuerza de trabajo sino por el consumo de bienes y servicios que representa. Como podemos observar en la analogía del triángulo equilátero la parte con mayor capacidad se encuentra en la base, es decir, en la clase obrera; pero si esta clase es la que produce las mercancías y a su vez las consume, ¿por qué debe haber una partición tan marcada con su clase antagónica respecto al poder adquisitivo? Dejaremos la respuesta a esta inquietud para más adelante, por ahora enfoquémonos en otro aspecto de esta evolución que analizamos.

Cuando estudiábamos el sistema capitalista desde un enfoque histórico, llegamos a principios del siglo XIX d.C. ahora daremos un muy breve recorrido por el siglo XX y XXI d.C. y comenzaremos por precisar que la competencia intelectual, tecnológica y comercial que impulsó el desarrollo mundial continuó creciendo de forma exponencial, ya que después del invento de la máquina de vapor se sumaron muchos otros inventos e innovaciones que revolucionarían de forma inimaginable el sector industrial, adicional, se suma el desarrollo de nuevas energías mucho más rentables y limpias (por ejemplo la energía eléctrica y nuclear) que en suma con los avances tecnológicos (como lo fue el motor eléctrico) llevaron a la cúspide a todas las nuevas industrias que se desarrollaban; como era de esperarse el progreso continuó y las civilizaciones comenzaron a crecer en todo el mundo, cada vez más y más países se sumaron a la industrialización, cambiando la forma de satisfacer las demandas que la sociedad requería, las cuales cada vez fueron más complejas, por lo cual la innovación era fundamental para este cometido.

Muchas de las materias primas se obtenían del nuevo mundo (América), el cual comenzaba a florecer y abrirse al progreso creándose nuevos imperios como es el caso de los Estados Unidos de América, país que se caracterizó por su magro desarrollo capitalista, siendo a la posteridad la Nación capitalista por excelencia; pero fue gracias a las guerras independistas y revolucionarias que se lograron importantes progresos en materia de derechos para los pueblos originarios, por lo cual dichos acontecimientos tuvieron un papel relevante en nuestra historia ya que, como sabemos, en nuestro país se vivió una fuerte explotación hacia estos sectores nativos, pero este tema se desarrollará en un Artículo posterior donde hablaremos propiamente de la historia de México y su lucha.

Con la innovación y crecimiento de los mercados comienzan a existir distintas figuras propias del desarrollo del capitalismo, pues aquella factoría que proveía de determinados productos a sus países de origen, comienza a expandir sus alcances comenzando a darse el boom del libre mercado y la libre competencia, razón por la cual comienza a florecer la figura de empresa o industria transnacional, que no es otra cosa que una industria o factoría en pleno desarrollo tecnológico, la cual, al tener novedosas maquinarias y una sólida base de obreros está capacitada para abastecer las necesidades de los países demandantes, claro al coste que esta determine; con lo cual logra abrir las puertas del mercado internacional.

Proseguiremos al análisis de la empresa nacional y la fuerza de los monopolios, la cual según consideramos es la moderna lucha de clases.

Conforme se fueron desarrollando las industrias algunas empresas se comenzaron a disputar las distintas ramas de determinada industria, es decir que de acuerdo con la libre competencia, los productores ofertaban sus mercancías y de acuerdo con las necesidades y capacidades de los adquirientes se empezó a fortalecer el sano comercio, creciendo la industria en la medida de sus posibilidades y aptitudes; pero fue en el periodo de 1882 a 1907 que esta práctica se desvirtuó, puesto que, determinados productores de materias como el acero, carbón, hule, entre otras, comienzan a formar lo que se llamó Cartels, esta figura consiste en una asociación de empresarios dedicados a la misma industria y/o producción de determinado bien; estos empresarios aumentaban en forma excesiva los precios de sus productos mediante acuerdos y negociaciones, por lo cual muchas de estas mercancías se encarecieron pero al no haber competencia o empresa que pudiese abastecer el producto, se obligaba a los países a consumirlos al precio que estos grupos establecían, fue así que grandes empresas comienzan a emerger y a subyugar a la microempresa a sus reglas, pues debían competir ya no solo contra una macro empresa sino contra un grupo de estas, un Cartel, lo cual traía consigo la desaparición de la burguesía nacional en los países menos desarrollados, esta práctica fue evolucionando y gracias a la globalización su expansión tuvo un rotundo éxito, ya que algunos de estos cartels generaban ganancias que iban desde un 70 % hasta el 110 % sobre el valor inicial del producto.

Con el avance tecnológico también se incrementan las macroempresas las cuales inundan los mercados con productos que gracias a su tecnología tienen mejor calidad y renombre, lo cual representa una dificultad para la pequeña burguesía nacional, la cual para mantenerse en el mercado debe abaratar el coste de sus productos o disminuir la calidad en estos, mientras que los monopolios establecen los precios.

Y así sin más, estamos en presencia del IMPERIALISMO, que básicamente es esta fase superior del capitalismo, es decir su evolución, en la cual la macro empresa emplea su capacidad para generar empresas y mediante acuerdos con países menos desarrollados genera empleos mal pagados, explota la mano de obra nacional, consume los recursos y extrae la riqueza del país en cuestión, con lo cual observamos la fría cara de este modo de producción que se alimenta de todo y de todos aquellos que convergemos en este sistema.

Una vez planteado lo anterior se nos generan determinadas preguntas como: 1. ¿este progreso nos es benéfico?, 2. ¿Por qué los países subdesarrollados lo permiten y admiten?, 3. ¿Cuáles son sus alcances y repercusiones a nivel global y personal?, y claro la pregunta por excelencia, 4. ¿en algún momento fenecerá este modo de producción?; estas son solo algunas de las interrogantes que se nos presentan y con las cuales avanzamos a la fase tres de este ocurso.

Antes de comenzar con el desarrollo de esta etapa, quisiéramos aclarar que este tratado no es comunista, ni mucho menos pretende ser izquierdista en su contenido, es solo un punto de vista y un análisis de los hechos innegables que se nos presentan.

Nos pronunciaremos con respecto a la pregunta: 1. ¿este progreso nos es benéfico? consideramos que este desarrollo es y ha sido benéfico para la humanidad, ya que, gracias al desarrollo innovador de las tecnologías de la información es que tenemos el mundo moderno en el que habitamos, que, si bien no es perfecto, ha permitido el desarrollo, en medida de lo posible, de muchas naciones.

Con respecto a la pregunta siguiente: 2. ¿Por qué los países subdesarrollados lo permiten y admiten? La respuesta es muy óbice, por necesidad. Cuando una sociedad comienza a crecer, dicho crecimiento trae consigo diferentes necesidades, algunas de ellas generar empleos, proveer de bienes y servicios a sus connacionales y satisfacer las demandas sociales; al ser un país que no se ha logrado desarrollar tecnológicamente y que por ende no es autosuficiente, requiere la asistencia de estas macroempresas que, si bien generan prácticas desleales también brindan una solución temporal a la problemática.

Con relación a la pregunta siguiente: 3. ¿Cuáles son sus alcances y repercusiones a nivel global y personal? Debo decir que para poder englobar todos los alcances se requiere un estudio más minucioso, pero en forma breve enunciaré algunos alcances que considero como trascendentales, a nivel GLOBAL: podemos decir que es un método moderno de zaqueo, puesto que la macroempresa se lleva consigo la riqueza que obtiene de la nación, aunado a esto se debe tomar en cuenta la explotación de los recursos naturales y en este punto mencionaremos la contaminación generada al país donde se procesan sus mercancías; por otra parte, al saber la necesidad económica del país que le permite el acceso, surge un aprovechamiento, pues los líderes políticos (algunas veces) deben tolerar que a los empleados se les paguen prestaciones inferiores a las que considera la Ley o que el salario sea inferior a lo que podría pagar la empresa por el servicio que recibe; se suma al catálogo la extinción de la burguesía Nacional ya que no pueden competir con una empresa por demás desarrollada que termina por acaparar el mercado monopolizando bienes y servicios.

A nivel PERSONAL, comenzaré por decir que existe un daño psicológico, pues este tipo de empresas traen consigo una mentalidad altamente consumista, por lo que al invadir los mercados terminan por permear a los individuos con esta mentalidad, es así que todos aspiran a consumir un celular de última generación, productos de renombre (pese a que son dañinos para la salud en muchas ocasiones) y el listado no termina; ahora hablaré del aspecto laboral, en el que olvidamos lo que es la calidad y el factor humano en esta materia, pues como este sistema favorece la percepción que todos somos simplemente números y/o mercancías  muchas veces vemos a connacionales dar mal  trato a sus empleados, solo porque se les brindó un cargo dentro de estas macroempresas.

Con respecto a la que considero la pregunta más trascendental: ¿en algún momento fenecerá este modo de producción? Debemos comenzar por decir que todos los modelos económicos tuvieron un inicio un auge y un fenecimiento, si analizamos el contexto histórico los modos de producción tuvieron una cuestión en común al fenecer y es que dejaron de ser útiles para la humanidad y para la economía, el capitalismo es un sistema complejo, que gracias a su habilidad para transformarse y evolucionar con la sociedad y las necesidades económicas ha podido alcanzar su etapa superior imperialista, pero pensemos que este sistema tiene alrededor de 4 siglos de existencia y que el feudalismo duró alrededor de 10 siglos, luego entonces la sociedad va progresando y llegará un momento en que éste modelo no satisfaga la necesidad de orden económico en el mundo y como todo en esta vida vendrá a menos.

Ahora para amalgamar nuestro tema central, La Lucha de Clases, esbozaré por qué considero que existe una división tan marcada entre la clase proletaria y la clase burguesa. Y la propuesta es que dicha separación nace de la personalidad del individuo, de lo profundo de la mente humana, del corazón, puesto que, es por la ambición, el egoísmo y la crueldad que nos encontramos en esta situación ya que si analizamos el devenir histórico, desde la comunidad primitiva  donde el poderoso quiso ser más que los otros miembros, luego en el esclavismo donde abusó cruelmente de sus semejantes para obtener un lucro que era excesivo acosta de corromper su propia naturaleza, toda vez que nacemos como seres sociales, dispuestos a pertenecer a un grupo y es mediante una negación a estos instintos primarios que nos mentalizamos con la frase “está bien mientras yo gane, mientras a mí no me pase”, pero ¿será esto verdad?Y  así podemos observar cómo estas intenciones negativas, esta mala forma de vivir y de ver a nuestros semejantes, termina por deshumanizarnos, volviéndonos crueles. Si entendiéramos que todos somos iguales ante la naturaleza, que todos tenemos aspiraciones y sentimientos y que está bien progresar, pero no a costa de perder nuestro atributo más especial, el SER HUMANOS, no hacerlo a costa del sufrimiento de los necesitados y mucho menos a costa de acabar con nuestro planeta      por ambiciones absurdas, de individuos que hace tiempo olvidaron lo que es sentir compasión.

Creo que si lográramos entender y transmitir este pensamiento tendríamos un mejor país, un mejor mundo y estaríamos en condiciones de repensar un nuevo modelo económico, más justo, más equitativo y por supuesto más humano.

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Breve historia sobre la lucha de clases

Parte uno: El devenir histórico

Por Abraham Baruch Guzmán Yáñez[1]

Desde el comienzo de las organizaciones humanas, las personas, a través de su hacer establecieron una manera particular de interactuar con su medio ejerciendo algún tipo de control sobre la naturaleza por medio de su acción se proveían de alimentos, abrigo, defensa para ellos y su grupo de pertenencia. Este hacer resguardaba su supervivencia.

El éxito en esta tarea aportaba también reconocimiento y valoración, es decir, prestigio dentro del núcleo social, es por ello que su evolución estuvo intrínsecamente relacionada con su trabajo, buscando en este progreso, una satisfacción mayoritaria de sus necesidades y las de su sociedad, aunque no siempre de la forma equitativa que plantea esta idea.

De esta manera empiezan las primeras especializaciones con las cuales el humano cubría una necesidad determinada, no solo personal, sino social, y no solo referente a las necesidades básicas como alimento vestido y defensa, sino que, con el transcurso del tiempo y conforme fue evolucionando decidió que el intelecto y la innovación debían ser un factor importante en su desarrollo.

Es así que  desde los comienzos de la historia el ser humano estableció una particular relación con su entorno a través del trabajo, paralelamente a la organización social con sus componentes, grado de evolución, economía, tecnología entre otros factores. Este progreso modelaría la forma en la que el hombre se relaciona a través de su quehacer con esa organización social. En el aspecto personal este hecho le devolvía cierto nivel de reconocimiento y valoración a través del papel que desempeñaba. Desde el polo social, parecería estimularse el desarrollo de determinado “perfil” como rasgo individual de trabajo, de acuerdo con aquello que es valorado y necesitado para el “desarrollo social”. De esta forma el perfil del guerrero tendría cualidades específicas distintas a las del artesano, el pastor, la curandera, etc. Dicha valoración en el plano social y laboral podría equipararse al concepto de pertenencia de cada uno de los seres humanos.

Es por tanto que la sociedad exigió cada vez más atributos para poder ocupar un espacio dentro de la fuerza laboral, es decir, a mayor cantidad de aptitudes, mejor posición ocupa el individuo en su entorno social, lo cual podría posicionarlo como líder o como secuaz, es por ello que la lucha de clases comienza en primer término por ver quién es el humano con mayor capacidad para dominar las artes del quehacer (oficios) y por ende, demostrar quien tienen mayores aptitudes para gobernar el clan.

Una vez establecido este orden jerárquico determinado por la audacia del individuo se comienza a formar una real división de clases: el campesino y el dirigente o gobernante; más adelante podemos analizar cómo comienza a existir un asentamiento de los grupos nómadas y aparece la figura de la propiedad privada, gracias a  la cual ahora el individuo es dueño de lo que genera o produce y a su vez la división de clases se hace más notoria, pues, aquél buen cazador comienza a tener una sobreabundancia en el producto obtenido con su trabajo y a su vez comienza a intercambiar ese excedente por algunos otros productos, dando estos factores como resultado el paso al siguiente nivel o modo de producción que es el esclavismo por el cual, el individuo dueño de la “riqueza” comienza a explotar al menesteroso o aquel que por su condición puede ser sometido y convertirse en esclavo, como era el caso de los deudores o aquellos capturados en guerra, es así como el ser humano comienza con el primer modo de producción en el que se explota al hombre por el hombre, convirtiéndose en una mercancía. 

De esta forma, se amplía la división de clases y se comienza a obtener una ganancia superior por parte de aquellos que gobiernan los medios de producción, pero como es de esperar en un sistema opresor y por la naturaleza del humano, al ser estos opuestos,  la lucha es inminente y este sistema económico comienza a tener problemas de levantamientos por parte de aquellos explotados, buscando con esto MEJORES CONDICIONES DE VIDA Y UNA RETRIBUCIÓN POR SU TRABAJO, es por ello que, si analizamos con detenimiento el devenir histórico podemos darnos cuenta que desde estos momentos, (siglo V d.C.), ya existía una lucha obrera en contra  sus opresores, los dueños de los medios de producción. La referida lucha, trajo consigo la victoria y el modo de producción esclavista vino a menos por diversos factores, pero sin lugar a dudas el más importante fue la lucha de los esclavos por su libertad; es así como nace el siguiente modo de producción en el que  el esclavo pasa a tener mejores condiciones, no solo laborales sino de vida, puesto que, al dividirse el poder centralizado del Gran Imperio Romano, el vasto territorio se comienza a fraccionar y ser gobernado por distintos señores que obtienen en primer término, el nombre de Reyes y a su vez sus líderes el de Señores Feudales.

Es así como nace una nueva forma de explotación del hombre por el hombre llamada Feudalismo, misma que si bien no mantenía la crueldad con la que asoló el esclavismo, continuaba con la misma dinámica por la que el dueño de los medios de producción (tierras), obtenía un lucro (si no excesivo si injusto) de aquellos que por su posición estaban desprovistos de la fuerza para hacerles frente, es por ello que, dicho sistema fue, por así decirlo, globalmente aceptado puesto que el feudalismo le permitía al vasallo, obtener cierta ganancia por su trabajo, a diferencia del esclavismo en que solo se le daba lo suficiente para no morir, es decir, para su subsistencia por esta razón  el sistema en cuestión mantuvo su esplendor por varios siglos, en los que cabe mencionar la humanidad sufrió un letargo en cuanto a innovaciones y desarrollo ya que la iglesia y los gobernantes preferían mantener en estado de ignorancia a los siervos para poder gobernarlos con mayor facilidad.

Al ser cada vez más marcada la división de clases entre los feudos, nobles y siervos o campesinos, es notorio que el humano va a buscar su desarrollo por algún medio y es así como surge una clase que no contemplaba el feudalismo, una clase que se encontraba fuera de los límites de su dominio, los comerciantes y artesanos, dueños de su propio trabajo. Ellos fueron la causa del fenecimiento del modo de producción feudal sumados al derrocamiento de las clases gobernantes y la evolución de las tecnologías, puesto que al término de la edad media, comienza a sobresalir el avance tecnológico y los inventores comienzan una lucha por desarrollar artefactos que faciliten las tareas cotidianas y a su vez que satisfagan nuevas necesidades que la sociedad exige; al existir inventores y por óbice razón, inventos, se dispara lo que analizamos en el primer modo de producción el Reconocimiento Social, lo cual impulsa a los manufactureros a explotar los inventos y a su vez competir por el mercado que la sociedad demanda, es así, como aquellos comerciantes y artesanos, comienzan a almacenar mayores fortunas que los propios señores feudales, pues no requieren más que adquirir las nuevas tecnologías para poder ampliar su rango de captación de ingresos.

Con la modernidad se da otro factor prioritario para el desarrollo social el crecimiento de los principales centros comerciales, es decir, las ciudades principales pues ahora es aquí donde se mueven las mercancías producidas en los campos y es aquí donde comienza a haber una mayor demanda, esto claro debido al éxodo campesino, por el que abandonan sus tierras y levantándose en contra de sus señores feudales emigran a las grandes urbes en busca de mejores condiciones laborales, es con esto que, de un momento a otro ya nos encontramos en presencia de un nuevo orden mundial El Capitalismo.

Como podemos observar el capitalismo surge por una necesidad social y a su vez se presenta como un restaurador social puesto que, a diferencia del feudalismo no excluye por su condición a los campesinos sino que, se fortalece con ellos ya que aprovecha la fuerza de trabajo del ahora llamado Obrero, creando una división superior entre los dueños de los medios de producción y sus trabajadores, pero con la sutil falacia de la así llamada “clase media”, la cual se presenta como un oasis o aspiración para los obreros operando de la siguiente manera: se premia al hábil, al intelectual y se excluye, aunque no del todo, al obrero, pues al no tener más que su fuerza de trabajo para comerciar en el mercado capital es explotado por una industria que requiere abastecer a un gran mercado y su única prioridad es la producción en serie, convirtiendo a su vez al humano no en una mercancía sino, en una máquina, que produce y vale por lo que produce.

Para este entonces han transcurrido alrededor de 4 siglos desde el siglo XIV al XVIII d.C., cuando podemos observar, una transformación en cuanto al sistema de capitales, a esta transformación la podemos considerar como una expansión o evolución puesto que, a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX surge un invento que daría paso a una nueva forma de producción en serie la máquina de vapor, creada con la finalidad de aumentar el nivel de productividad en el taller e industria, llega como un torbellino a modificar la forma y vida de la clase obrera, pues ahora ya no se requiere una gran cantidad de obreros, pues esta máquina, impulsada por carbón, produce artefactos en menor tiempo que la mano de obra humana, con lo cual se priva del trabajo a muchas personas, lo que da pie a una revolución en distintos aspectos, necesariamente en materia industrial (laboral), pero también en materia cultural y política puesto que las industrias que aún operaban con obreros, tiene la necesidad de exigir de estos un esfuerzo superior y es así como comienza una explotación, por demás abusiva, de la clase obrera y al escasear las fuentes de trabajo, al trabajador no le queda otra alternativa más que abocarse a lo que el burgués le exige, es por todos estos cambios en la industria, pensamiento y forma de vida, que se llega a un límite donde se prueba al proletariado con respecto a una cuestión, luchar contra tales injusticias o volver a aquellos oscuros días donde el dueño de los medios de producción disponía de sus vidas cual si fuesen mercancías u objetos, como es de esperarse la naturaleza del humano busca la libertad ante la opresión  por lo que comienzan los levantamientos de la clase proletaria para exigir mejores condiciones laborales en materia de seguridad e higiene dentro de las factorías y jornadas laborales humanas pues para ese entonces se exigía del trabajador jornadas de 14, 16 y hasta 18 horas diarias, lo cual llevaba a otra demanda, salarios justos ya que a pesar de las lucrosas ganancias que el empresario obtenía mal pagaba la mano de obra gracias al, así llamado por Karl Max en su obra “el Capital”, ejército de reserva si un obrero se negaba a aceptar el sueldo mísero que le ofrecían alguien con más necesidad estaba dispuesto a hacerlo por menor cantidad que la ofrecida, lo cual abarató la mano de obra y permitió las referidas injusticias.

Como podemos observar, las condiciones nunca fueron favorables para que la clase obrera pudiera asociarse y luchar por mejoras, a la par que crecían los impulsos laborales por saciarse y exigir mejores condiciones de trabajo, los Gobernantes y Empresarios, colocaban trabas para desmantelar dichos movimientos, mediante leyes prohibitivas. Un ejemplo de estos actos es el derecho de asociación y huelga, las cuales estaban penadas y para precisar, las penas no eran nada ligeras ya que a los cabecillas los llegaron a llevar inclusive hasta la horca, es así, como podemos observar que la evolución de los modos de producción siempre ha estado manchada de sangre inocente, sangre de la clase explotada pero es gracias a estos precursores del movimiento de lucha laboral que hoy día contamos con algunos medios de defensa contra esta clase antagónica del trabajador.


[1] Instituto Nacional de Estudios Sindicales y Administración Pública.