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Brenda Paola Sánchez Sánchez Complejidad Social (Derecho, Economía y Política) Feminismos y equidad de género

Feminista de familia machista

Por Brenda Paola Sánchez Sánchez

Se creería que los actos de violencia son algo que llega esporádicamente en alguna etapa adulta de nuestra vida, sin embargo estos nos acompañan desde muy jóvenes y se van normalizando porque crecemos inmersos ellos, ¿cuántas veces no hemos escuchado dentro de nuestras propias casas, de boca de nuestros padres y/o familiares las siguientes frases? “Su lugar está en la cocina”, “Ya sabe cocinar, ya se puede casar”, “Eso no es de señoritas”, “El rosa es de niñas”, “Búscate un marido para que te mantenga”, “Ya se te está yendo el tren”, “Vas a ser una mujer realizada hasta que tengas hijos”, entre otras tantas con las que nos han bombardeado y adoctrinado hasta hacernos creer que eso es el ideal para nosotras como mujeres, algunas de estas creencias están basadas en lo llamado moralmente correcto mientras se les acompaña de machismo puro, asignándonos ya un lugar, ocupaciones y una meta en la vida que va encaminada a ser ama de casa y procrear bajo un comportamiento socialmente aceptable, una sociedad claramente machista.

Es impensable que nuestra propia familia nos minimice por el simple hecho de ser mujeres pero estos actos pueden ser tan sutiles que los adoptamos y repetimos generación tras generación haciendo caso omiso a la forma en que estos pequeños gestos sexistas se van perpetuando casi desapercibidamente. A los roles de género o como ahora se les conoce “micromachismos”, que no por su tamaño les debemos restar importancia, derivan en total machismo y el asignarles otro nombre que los minimiza solo es el eufemismo del patriarcado para disfrazar lo que siempre ha sido machismo puro.

¿Por qué asignarnos un color? El rosa por lo regular va acompañado de adjetivos como bonita o princesa que refieren un contexto de fragilidad y a la constante historia de que debemos ser rescatadas por un hombre que está relacionado al azul ya que va acompañado de fortaleza y valentía.

¿Por qué sentirnos afortunadas si nuestra pareja nos ayuda en las labores del hogar? ¿Qué no se supone que ambos viven en una misma casa y deben ser adultos funcionales? Es decir, que ambos deberían estar capacitados para llevar a cabo cualquier labor doméstica y que por el simple hecho de ambos ser habitantes de un hogar el trabajo dentro de él debería ser equitativo y no estar asignado por completo a nosotras por el hecho de relacionar estas actividades a los roles de género de la mujer.

Así podríamos enumerar un sin fin de actitudes que empiezan con micromachismos y que conforme vamos creciendo adoptamos como una regla general que debe regir nuestras vidas, la cual que vemos con total normalidad y sino rompemos esa línea crecemos con la idea de que, por ejemplo al no tenemos hijos no servimos como mujeres, que necesitamos un hombre para estar completas o que el matrimonio es la mayor aspiración de una mujer; pero llega un momento en el que nuestra mente y nosotras encontramos un camino donde ya no es necesario que nadie nos oriente y podemos conseguir esa independencia ideológica que tanto buscamos todos y decidimos qué aplicar a nuestra forma de vida y romper con esa cadena de actitudes que por años e históricamente nos ha reprimido y minimizado.

Es difícil ser o convertirse en una mujer feminista cuando vienes de un hogar marcado por tintes machistas pero no es imposible romper los lazos que nos atan a perpetuar estas acciones. Lo primero es identificarlas y dejar de minimizarlas pues en el momento que no les damos la importancia debida o pensamos que es algo tan pequeño que no nos hace tanto daño las seguiremos llevando a otro plano de nuestras vidas, siendo reprimidas desde lo ideológico para después llevarlo a la práctica en otros aspectos más grandes pues una simple frase como “corres como una niña” o “lloras como niña” nos taladra la cabeza, la repetimos sin darle mayor importancia pero si lo analizamos refieren a que debilidad es sinónimo de ser mujer y por el lado que se vea está mal y seguramente más de una de nosotras lo ha dicho inconscientemente, eso son los micromachismos que construyen dentro de nosotras barreras que nos impiden vernos fuera de un futuro libre de estereotipos limitadores.

En el momento que derribemos esas barreras nos abriremos a la posibilidad de crecer y poder compartir con la sociedad una visión más incluyente, donde dejemos de ser sinónimo de fragilidad y se nos comience a ver con fortaleza; generemos empatía dejando de normalizar actos violentos ya sea físicos o verbales, no compartamos mensajes en forma de chistes en redes sociales que aunque muchas veces se manejan  como inofensivos son el pequeño conducto para hacer más que notorio que es una costumbre y por lo tanto está permitido hacer de esto una mofa.

No somos la generación de cristal, somos la generación del cambio, esto es un tema que nos ocupa y preocupa a todos y si por muchos años se acostumbró hacer de la violencia un tema de risa hoy se ha decidido acabar con eso, deconstruirnos para desaprender cada uno de estos micromachismos que tenemos todos interiorizados y es responsabilidad de cada uno trabajar en ello.

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Agenda 2030 Brenda Paola Sánchez Sánchez

Objetivo 1 de la Agenda 2030 de los ODS: Fin de la pobreza

Por Brenda Paola Sánchez Sánchez

El objetivo número 1 como bien lo indica su nombre tiene la finalidad de erradicar la pobreza, es importante establecer que no sólo se refiere a la pobreza económica, ya que ésta va más allá del poco o nulo ingreso que pueda percibir una familia o los bienes que pueda poseer, esta pobreza también abarca el hambre, la malnutrición, falta de vivienda digna y el poco acceso a servicios básicos como agua potable, educación, salud o electricidad.

Este objetivo se vuelve uno de los más grandes ya que de ahí parte la sensibilización sobre muchas carencias de las que en ocasiones somos poco conscientes, pues los lugares donde se vive en condiciones de extrema pobreza se sitúan en regiones apartadas como sierras, lo cual genera que los niveles de marginación, discriminación y exclusión social aumenten derivando en la falta de participación en la toma de decisiones que afectan sus circunstancias.

Si bien la cantidad de personas que viven en la extrema pobreza disminuyó en más de la mitad entre 1990 y 2015, aún demasiadas familias luchan por satisfacer las necesidades más básicas. A nivel mundial, alrededor de 736 millones de humanos viven con menos de US$1,90 al día (2015) y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados. El crecimiento económico acelerado de países como China e India ha sacado a millones de personas de la pobreza, pero el progreso ha sido disparejo. La posibilidad de que las mujeres vivan en situación de pobreza es desproporcionadamente alta en relación con los hombres, debido al acceso desigual al trabajo remunerado, la educación y la propiedad.

Los avances también han sido limitados en otras regiones como Asia Meridional y África subsahariana, donde vive el 80% de la población mundial que se encuentra en condiciones de extrema pobreza. Además, nuevas amenazas que plantean el cambio climático, los conflictos y la inseguridad alimentaria necesitan mayores esfuerzos para sacar a las personas de la pobreza. (UNDP México, 2020)

Una de las medidas que se pretende adoptar para acabar con esta pobreza es el crecimiento económico inclusivo, donde se puedan crear empleos sostenibles y dentro de estos buscar la igualdad de oportunidades. Los sistemas de protección social deben aplicarse para mitigar los riesgos de los países propensos a sufrir desastres y brindar apoyo para enfrentarse a las dificultades económicas. Estos sistemas ayudarán a fortalecer las respuestas de las poblaciones afectadas ante pérdidas económicas inesperadas durante los desastres y, finalmente, ayudarán a erradicar la pobreza extrema en las zonas más empobrecidas. (UNDP México, 2020)

¿Cuáles son algunos de los retos que enfrenta México?

  • Es necesario aumentar la tasa de ocupación y calidad de los empleos, particularmente para la población que vive en situación de pobreza.
  • Debe contar con un sistema de protección social universal que atienda las necesidades de la población.
  • Es necesario atender a la población microempresaria de acuerdo a sus necesidades y a sus características específicas.
  • Es fundamental fortalecer políticas y programas que atiendan las necesidades específicas de las poblaciones en situación de vulnerabilidad, como comunidades indígenas, personas con discapacidad, niños, niñas adolescentes y migrantes.

¿Qué se está haciendo?

PROSPERA: Es la principal estrategia del gobierno federal para combatir la pobreza en México. Su objetivo es contribuir al cumplimiento efectivo de los derechos sociales de las personas en situación de pobreza, a través de acciones que amplíen sus capacidades en alimentación, salud y educación, y mejoren su acceso a otras dimensiones de bienestar.

Programa de Fomento a la Economía Social: Es un programa federal que contribuye a mejorar el ingreso de las personas en situación de pobreza, mediante la inclusión productiva y financiera en el sector social de la economía.

Política Nacional de Inclusión Financiera: Tiene como objetivo desarrollar conocimientos para el uso eficiente y responsable del sistema financiero, así como ampliar la cobertura de sus servicios. (Secretaría de Gobernación, 2020)

Este objetivo debería tomar gran relevancia sobre todo en este momento de cuarentena, ya que por motivos de la reciente pandemia miles de empleos se han visto afectados, desde despidos injustificados hasta pequeñas empresas que se han visto obligadas a cerrar por las medidas emergentes a la crisis sanitaria que se han tomado; causando estragos en el mercado laboral no sólo de México sino de todo el mundo donde las MiPyMEs y el comercio informal han sido los más afectados, dejando sin ingresos a millones de familias, lo que ocasiona pérdidas catastróficas y amenazando su solvencia económica.

Todo lo anterior ha provocado que países implementen medidas para estimular la economía y ayudar a estas personas a que el confinamiento no afecte tanto su bolsillo, sin embargo esto también va a depender de cuanto se siga alargando el confinamiento y es aquí donde retomamos el punto de las regiones más vulnerables, es momento de que el gobierno voltee a ver a los sectores más desprotegidos del país; donde en su mayoría se mantienen del comercio informal, siembra y demás labores de campo que se seguirán viendo afectadas. El gobierno y nosotros mismos debemos tomar acciones tendientes a la estimulación económica, a la eliminación de la brecha salarial (donde las mujeres, las jóvenes e indígenas son los sectores más afectados), buscar la creación de nuevos empleos de forma gradual y que se les proporcionen servicios de salud pública, dotándolos de medios para garantizar que no entren en el número de población que se encuentra en pobreza.

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Brenda Paola Sánchez Sánchez Complejidad Social (Derecho, Economía y Política) Feminismos y equidad de género

Violencia de género: vivo con mi agresor

Por Brenda Paola Sánchez Sánchez

En el contexto actual escuchamos constantemente de mujeres que viven sometidas a violencia perpetrada por sus parejas y la pregunta inmediata que sale a la luz por la mayoría es ¿por qué lo permite? Este cuestionamiento no solo está mal por el hecho de revictimizarla (término que hace referencia a que se está convirtiendo en víctima de nuevo porque se le vuelve a agredir), sino porque desconocemos los diferentes factores que hacen que una mujer siga con su agresor a pesar de todo.

La violencia hacia las mujeres por parte de sus parejas o ex-parejas está caracterizada por algunos elementos que la diferencian de otros tipos de violencia interpersonal:

  1. El agresor y la víctima mantienen o han mantenido una relación afectiva y/o de convivencia. El agresor no es alguien desconocido.
  2. Los episodios de agresiones tienen un inicio temprano (comienzo de la convivencia, el embarazo, el nacimiento de las/os hijas/os, etc.).
  3. La cronicidad de la violencia es otro aspecto a destacar. Las mujeres afectadas por la violencia de sus parejas, suelen pedir ayuda después de una larga evolución de las agresiones.
  4. Otra característica es la repetición de los actos violentos. La asiduidad de las agresiones referidas nos indican que no se trata de episodios aislados, sino de un patrón de relación, en el que cíclicamente se producen fases de incremento de la tensión que culminan con la agresión a la mujer, dando paso a otra fase de calma aparente, cuya finalidad es lograr el control y la sumisión de la víctima.
  5. Las estrategias de las víctimas frente a la violencia pretenden evitar las agresiones, y las acciones que llevan a cabo (como la denuncia, la huida, la petición de ayuda a familiares y/o a los diferentes servicios, entre otras) tienen como objetivo, en la mayoría de los casos, el cambio conductual del agresor, objetivo que suele ser inalcanzable.
  6. Las repercusiones de la violencia en las mujeres afectadas abarcan un amplio abanico de manifestaciones en el plano psíquico como la indefensión aprendida, el síndrome de estrés postraumático, y el síndrome de la mujer maltratada, en los que se observan trastornos de ansiedad, depresión, disminución de la autoestima, pasividad, disminución de la capacidad de control sobre sus vidas y reexperimentación de los sucesos traumáticos, asociados a sentimientos de culpa y vergüenza. En la salud física, los efectos de la violencia se presentan de forma muy variable, desde las contusiones a las lesiones crónicas y el fallecimiento de mujeres en situación de violencia de género.  (Villanueva, 2012).

La acumulación de tensión es lo que produce las fricciones que conducen a todos los estallidos de violencia que forman un ambiente de hostilidad dentro de la convivencia en pareja, para terminar en un aparente arrepentimiento por parte del agresor, chantajes emocionales para conseguir el perdón a veces de manera inmediata, y esto depara en un círculo que inicia en la tensión y continua con creciente intensidad.

Sabemos que hay muchos tipos de violencia, algunos que hemos normalizado al punto de pasarlos por alto y considerar que es incluso una muestra de afecto como los celos que en muchas ocasiones se tornan enfermizos y se pueden transformar en violencia física.

Partiendo de eso podemos decir que la violencia puede manifestarse desde lo más pequeño, como agresiones psicológicas que atacan directamente el autoestima de la mujer propinando comentarios despectivos haciéndola menos a ella, a sus metas, sueños, proyectos, minimizando sus sentimientos, descalificando lo que piensa, lo que deriva a la sumisión de la mujer logrando que tenga miedo y cambie su forma de proyectarse tanto en público como en privado. Lo siguiente es la violencia física, jalar el cabello, empujones, golpes, mordidas, cachetadas o recurrir a objetos para hacerle daño.

Los factores que comúnmente influyen y llevan a que la víctima siga con el agresor son: el entorno familiar en el que la mujer creció, una baja autoestima, el apoyo familiar que recibe o la falta de éste, la percepción que tenga de las relaciones de pareja, la sociedad en la que vive y el bombardeo en medios del amor romántico que tiende a idealizar y normalizar muchas conductas dañinas como la dependencia, creer que somos seres que necesitan de otro para estar plenos (las llamadas “medias naranjas”), perdonar, justificar, decir que sin el otro te mueres, vigilar o dejar que te vigile y/o controle, básicamente idealizar al punto de creer que todo tiene que ser como una novela o cuento de amor.

Algunas de las secuelas que causan este tipo de conductas destructivas parte de la pareja son la baja autoestima, sentimientos negativos hacia ella y su entorno, abandono a su cuidado y aspecto personal, sentimientos de insuficiencia, comparaciones constantes con otras mujeres, pérdida de atención a sus actividades, la no aceptación y descalificación de su persona, sentimiento de abandono, apatía por sus actividades cotidianas, insatisfacción, maximiza sus errores o defectos, sentimientos irracionales de culpa, la creencia de ser agresiva y por lo tanto pedir perdón siempre y por todo, cada actividad o pensamiento deriva en algo negativo y desesperanzador.

Por otra parte, a un nivel aún más complejo encontramos otras consecuencias psicológicas más severas, por mencionar sólo un ejemplo, el síndrome que es coincidente para los especialistas en cuanto a su asociación a este tipo de violencia es el denominado Síndrome de Adaptación Paradójica, que explica cómo las mujeres víctimas de violencia de género desarrollan un paradójico vínculo afectivo con el maltratador, llegando a asumir las excusas esgrimidas por el agresor tras cada episodio de violencia y aceptando sus arrepentimientos, retirando denuncias policiales. Se describe el SAPVD como un conjunto de procesos psicológicos que por medio de la respuesta cognitiva, conductual y fisiológico-emocional culmina en el desarrollo de un vínculo interpersonal de protección entre la víctima y el agresor (Montero, 2001) es decir, la mujer crea un vínculo afectivo con su agresor que le impide abandonarlo o denunciarlo.

Es un tema bastante extenso y lo único que podría concluir es que no señalemos, cada una de las mujeres que pasa por situaciones similares, están peleando su propia batalla, con una historia que desconocemos, lo mejor es brindarles apoyo, escucharlas y orientarlas para que denuncien y salgan de este círculo infinito de violencia porque no es fácil y menos en un contexto donde el agresor vive contigo y se tiene un vínculo amoroso con él.

Y mujer no olvides tu valor, no mereces que te hagan sentir menos, a la primera señal de violencia vete, no minimices los actos que te hacen sentir mal o te incomodan, así sea un pequeño empujón “jugando” hazle saber a tu pareja que no está bien, recuerda que todo gran acto de violencia empieza por uno pequeño que quizá en algún momento pasaste por alto o no notaste. Eres un ser completo, no necesitas de nadie para tu plenitud, sé libre y con la primera señal de alarma aléjate.

Bibliografía

Montero. (2001). Síndrome de Adaptación paradójica a la violencia doméstica: Una propuesta teórica. . Clínica y salud.

Villanueva, S. D. (2012). Why women remain inrelations of violence?


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Agenda 2030 Brenda Paola Sánchez Sánchez

México y la Agenda 2030

Por Brenda Paola Sánchez Sánchez

“Los ODS son mecanismos apropiados que permitirán a la población y a sus dirigentes de forma conjunta, participar en la búsqueda de consensos sociales y disminuir las brechas.”

Amina J. Mohammed, Vicesecretaria General de las Naciones Unidas  

En 2019, la ONU conmemoró 72 años de presencia en México, pero poco se habla y se conoce de la labor que tienen en conjunto para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.

Para empezar a hablar de esto sería ideal que se precise que son los llamados ODS, estos son puntos que se establecieron por los líderes mundiales con el fin de erradicar problemas específicos que aquejan a la comunidad global y se integran por una declaración, con 17 objetivos de desarrollo sostenible y 169 metas, mismos que se han convenido alcanzar para 2030, de ahí el nombre de la agenda.

Dentro de los ODS están como metas:

  1. Poner fin a la pobreza en todas sus formas en el mundo.
  2. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, así como promover la agricultura sostenible.
  3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas y todos en todas las edades.
  4. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, así mismo promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todas y todos.
  5. Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas.
  6. Garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos.
  7. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos.
  8. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
  9. Construir infraestructura resiliente, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación.
  10. Reducir la desigualdad en y entre los países.
  11. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
  12. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenible.
  13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
  14. Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
  15. Promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y frenar la pérdida de la diversidad biológica.
  16. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.
  17. Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la alianza mundial para el desarrollo sostenible.

Después de leer esto y entender de qué va el tema se pensaría que el gobierno de nuestro país se debería comprometer con dicha agenda, sin embargo en días recientes el Jefe de la Oficina de Presidencia confesó que de inicio le dio flojera[1], esta flojera de la que habla el jefe de oficina deriva del hecho de desconocer los ODS, ya que muchos no saben qué tan importantes son para crear un entorno más inclusivo y mitigar factores de riesgo.

Sorprende el hecho de que a estas alturas el gobierno no esté familiarizado con los objetivos ya que desde 2015 la Agenda 2030 fue adoptada por los 193 Estados Miembros de la ONU y no sólo eso, sino que hay oficinas centrales dentro del país que llevan acciones en conjunto con el gobierno, también es importante mencionar el compromiso de diversas instituciones académicas que llevan a cabo modelos de Naciones Unidas (MUN’s) donde se hacen simulaciones de las actividades a través del debate constante, esto permite el acercamiento a los jóvenes no sólo a los 17 objetivos, sino al contexto y las problemáticas actuales que hay en el ámbito internacional, dejando  claro que si bien al gobierno actual le causa pereza y el conocimiento de los mismos le es intrascendente, hay jóvenes que se están preparando e informando constantemente sobre el desarrollo sostenible.

No perdamos de vista la importancia de vivir en un entorno armónico, equitativo, de inclusión y de cooperación internacional, todo esto ha sido un motor para lograr que México se mantenga activo en la implementación de la Agenda, entre los avances que se han tenido se encuentran:

  • México fue uno de los dos países voluntarios en la región para presentar avances sobre los ODS ante el Foro Político de Alto Nivel en Desarrollo Sostenible.
  • Instalación del Comité Técnico Especializado en Desarrollo Sostenible (Presidencia de la República-INEGI), con la participación de las dependencias de la Administración Pública Federal.
  • El Senado de la República instaló el Grupo de trabajo sobre la Agenda 2030, el cual dará seguimiento y respaldo desde el poder legislativo al cumplimiento de los ODS.
  • Desarrollo del Plan de implementación de los ODS por parte de la Presidencia de la República y la AMEXCID con apoyo del PNUD.
  • Instalación del Consejo Nacional de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

El camino para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible es largo pero el trabajo en conjunto nos acercará cada día a generar oportunidades para todos y combatir las desigualdades.


[1] Romo confiesa que le dio flojera agenda de la ONU para México, Reporte Índigo, véase más en: https://www.reporteindigo.com/reporte/romo-confiesa-que-le-dio-flojera-agenda-de-la-onu-para-mexico-video/ 

Sobre la autora: Brenda Paola es Embajadora de Anagénesis Jurídico; estudiante de la licenciatura en Derecho Internacional por la Universidad Autónoma de México.

Apasionada en temas de Derechos Humanos, adicta a los proyectos académicos, competitiva e intrépida por vocación. Aspira a trabajar en pro de los Derechos de las mujeres y niñas en colaboración con instituciones como INMUJERES y ONUmujeres.