“Como a nadie se le puede forzar para que crea, a nadie se le puede forzar para que no crea.”
Sigmund Freud
Por Alejandro Axel Acuña López[1]
En el transcurso de dos semanas estuve investigando acerca del tema, consultando opiniones para poder tener un argumento amplio de lo que tratará el contenido de este artículo. Hablar acerca de esto es complicado, debido a que en esta ocasión no será alguien especializado en el tema quien lo redacte. Mi intención no se enfoca en quitarle valor a lo ya investigado, ya que estoy basándome justo en esa información para elaborar esta columna.
Es importante enfatizar esta parte, debido a que el enfoque que se presentará en este artículo será diverso, poniendo en duda si los factores ya conocidos siguen siendo los correctos o los especialistas en el tema deberán actualizarse e incursionar en nuevas investigaciones, para así generar un conocimiento amplio del mismo, con el que puedan apoyarse y resolver situaciones las generaciones que vienen, debido a lo alarmante y preocupante que es este tipo de trastorno en la edad temprana.
Las investigaciones que actualmente se presentan son bastante ambiguas y poco actualizadas, siendo los últimos casos fechados hasta el 2016. Actualmente existen diversos factores que pueden influir para desencadenar depresión, desde problemas familiares como padres desinteresados en el cuidado, madres que se enfocan únicamente en el marido, padres alcohólicos, acoso físico o psicológico mejor denominado bullying, así como las mismas inseguridades que esto provoque.
En la actualidad la globalización así como el avance y uso desmedido de la tecnología, las redes sociales, videojuegos, entre otros, condicionan una forma publicitaria de vivir, eliminando la personalidad propia y donde lo único que hacen es demostrar cuántos viajes han tenido, que hacen el día a día, a donde y que alimentos ingieren; en pocas palabras la gran vida activa que tienen.
Este nuevo estilo de vida, es el que puede llegar a generar las nuevas formas de síntomas de depresión. Estas personas que hacen sus directos por medio de las redes sociales donde lo único que buscan es atención, que alguien los mire, los escuche, no están más que inconscientemente demostrando una forma de depresión leve, ya no es el mismo síntoma típico de aislamiento, si no el buscar nuevas formas de poder expresar esa depresión.
Durante las investigaciones realizadas me pude percatar que la mayoría de los psiquiatras se basan en una depresión que llaman genética, sin embargo, pude percibir que es el entorno donde se desenvuelven las causas, principalmente en niños y niñas que van desde los 2 a 3 años de edad, quienes imitan todo lo que ven a su alrededor, por consiguiente es lógico que con ambientes así estos niños o niñas puedan desarrollar síntomas de depresión sin necesidad de tener algún antecedente depresivo dentro de su entorno familiar.
La mente de los niños es extraordinaria, solo están actuando las acciones que están presenciando, la depresión aprovecha la ocasión y se presenta por la falta de atención que se les debe brindar.
Se cree que por ser niños, niñas o adolescentes y presentar sentimientos inocentes no pueden padecer este trastorno, sin embargo, en esta edad se debe estar más al pendiente, ya que en este lapso se crean traumas que los pueden acompañar gran parte de su vida, fobias que en el momento no se explican porque las presentan, debido a que inconscientemente se reflejan; por otra parte está una cara de la moneda diversa en la que se entra en una controversia debido a que encontramos a padres que sí podrán estar atentos de lo que hacen y les brindan todo lo posible, pero en ocasiones éstos sólo están llenando huecos de su infancia en la que fueron reprimidos o no pudieron lograr ciertas metas, haciendo que su sucesores practiquen aquello que ellos anhelaron y no pudieron cumplir, es bien dicho que si obligas a alguien hacer algo que no le gusta tendrá consecuencias e inclusive llegar a este trastorno depresivo como consecuencia siendo así un tema complejo y en ocasiones confuso, sabemos los trastornos no distinguen estatus social, no discriminan, no tienen preferencia por nadie simplemente se presentan.
Pasando al segundo punto de la investigación, me percaté que algunos psiquiatras, mencionan que este trastorno podría ser pasajero o le dan un límite de duración de seis meses para que se pueda solucionar dicho padecimiento, pienso que el estipular el tiempo exacto en el que un trastorno así puede terminar es equívoco, debido a que en ocasiones lo único que hacen es reprimir dichos sucesos, no niego que pueda ser controlado, pero dar una solución dudo que se pueda hacer.
Llama mi atención la parte de la medicación, la cual sé que será muy debatida debido a que los psiquiatras defienden enérgicamente su postura, insisto mi intención es solo dar sugerencias y abrir el tema, jamás denigrar el trabajo que conlleva años de investigaciones y estudios.
Desde mi punto de vista es importante prevenir la adicción en niños, niñas y adolescentes, independientemente que los medicamentos sean controlados ya que en ocasiones al ver una mejora solo estamos presenciando dependencia de un fármaco, que al final de todo son inhibidores del sistema nervioso, efecto que hace el ingerir bebidas alcohólicas o estupefacientes no autorizados.
En la mayoría de los casos se cree que por ser controlado será menos probable que el paciente desarrolle una adicción, lo cual no es así, ya que el cuerpo puede terminar dependiendo químicamente de dicha sustancia, el paciente podría justificarse volviéndose además hábil e ingenioso aclarando que ya es una persona que depende del fármaco para sentir la mejoría, y es en este punto donde entra la siguiente interrogativa: ¿el psiquiatra debe saber cuándo está curado su paciente? la respuesta es sí, es correcto, ya que llevan un historial con el que se apoyan para ver su evolución e identificar en que momento debe ser dado de alta al paciente.
¿Qué sucede si en determinado momento se le retira el fármaco al paciente siendo ya dependiente del mismo? inconscientemente hay dos opciones: la primera el volverse adictos a un estupefaciente no autorizado, y/o el retorno de la depresión, que puede aparecer en cualquier etapa. La segunda, controlar sus inquietudes por medio de un fármaco, es una forma de limitar sus capacidades debido a que se encuentran en una etapa de evolución del desarrollo, como pueden ser las funciones psicomotoras esto puede llegar a tener repercusiones hasta la edad adulta, como miedos que se presentan porque no los dejaron desarrollarse libremente por dar un ejemplo.
Son los derechos humanos los que no deben permitir que se desarrolle la depresión en niños, niñas y adolescentes (razón por la cual me interesó el escribir sobre este tema), porque muchas veces dejamos a un lado esta parte y no valoramos los derechos que se tienen dentro de este trastorno.
Me percaté que la importancia del derecho a la protección de la salud y a la seguridad social que tienen los niños, niñas y adolescentes están siendo violentados, ya que no están gozando un alto nivel de salud desde el momento de padecer este trastorno, su derecho de participación también es violado debido a que no se les permite expresar libremente opiniones dentro del hogar.
Ellos tienen el derecho a vivir en condiciones de bienestar con un sano desarrollo integral, sin embargo solo nos enfocamos a tratar el trastorno y solamente eso, nos enfrascamos totalmente en la parte clínica dejando de lado todo este procedimiento que si se podría incluir, donde no solo los psiquiatras estarían involucrados como comúnmente se acostumbra, se deberá brindar asesoría completa e investigar profundamente el origen de la misma, no niego el considerar que las sesiones privadas con un psiquiatra sean difíciles y que el involucrar a terceros se tornaría aún más complicado, sin embargo, sería de mucha utilidad el no contar solo con estudios psiquiátricos sino ya involucrar a una trabajadora social para que pueda ver el entorno social en el que se desenvuelve, el cual sería quizá el principal factor de su padecimiento.
Una de las complicaciones peligrosas de la depresión es la fase del suicidio por lo que es algo que se busca evitar; trabajar conjuntamente psiquiatras y trabajadores sociales compartiendo puntos de vista e ideas de la información que se ha recabado para poder llegar a conclusiones y evitar un tratamiento de terapias infinitas de fármacos sería un gran logro.
No es mi intención quitar fuentes de trabajo, todo lo contrario, reconozco además que podría ser algo tardado pero seamos sinceros ¿qué es lo preocupante perder tiempo o perder a un hijo? no es una elección fácil ni una noticia blanda pero seamos conscientes de lo que queremos.
Si vemos un enfoque diferente no solo considerando el aspecto clínico sino también el social otro síntoma de la depresión podrían ser las formas delictivas, por lo que en la actualidad encontramos adolescentes en demasía violando leyes, donde el vandalismo es la manera de llamar la atención, bajo esta tesitura las conductas antisociales que se cometen pudiesen ser provocadas por dicho trastorno, se tendría que trabajar bastante para poder generar un estímulo-respuesta de dichas actitudes.
Comentaba al principio del texto que los síntomas de la depresión pudiesen haber evolucionado, y aún no nos hemos percatado de esto, es por eso que la criminología intenta ser meticulosa y al ser una materia multidisciplinaria, en todos los aspectos, el fin es prevenir,y si un trastorno como el que se analiza en este momento pudiese ser un factor de que la delincuencia en adolescentes esté en aumento, se tendría que cuestionar y trabajar desde lo simple, no es una labor sencilla lo reconozco, pero ese es la actividad principal del criminólogo para esto se desarrolla la materia, y es por eso que el campo laboral es amplio; desafortunadamente en México o mejor dicho los habitantes mexicanos no tienden a ser independistas y prefieren dejar de lado todas estas oportunidades, para que quiero personal si existen los psicólogos o psiquiatras sinceramente, se puede esperar bastante de una cosa insignificante, la sociedad cambia y de todo hay que esperar lo inesperado.
Tristemente es difícil poder generar alguna forma de prevención en este momento para que el trastorno no se desarrolle; me estaría contradiciendo, debido a que no podemos cohibir las necesidades que tengan las niñas, niños y adolescentes, sí se puede generar programas para identificar si se están presentando los síntomas y poder acudir a solicitar alguna ayuda inmediatamente, y no solamente dirigido a los padres o tutores si no generalizándolo y que sea entendible para las niñas, niños y adolescentes que pudiesen estar pasando por un episodio de depresión y puedan acudir a centros de ayuda o directamente a valer sus derechos logrando así que se les pueda brindar el asesoramiento y los tratamientos correctos.
[1] Estudiante de criminología de la Facultad de Estudios Profesionales y Posgrados en la Ciudad de México.