Por Carlos Palomares Rivera
Dentro de la gama de enfermedades que aquejan a la humanidad, el cáncer es una de la que más ocupa a la comunidad científica y a los Gobiernos; a lo largo de este artículo abordaré de forma breve como México enfrenta este padecimiento.
Es prudente iniciar con esta reflexión delimitando el tema, para tal efecto, conviene definir el término cáncer; la organización mundial de la salud lo define como un proceso de crecimiento y diseminación incontrolados de células.[1] Partiendo de esta idea, el cáncer tiene diferentes variantes, toda vez que el crecimiento desproporcionado de células se puede presentar en prácticamente cualquier parte del cuerpo humano.
En este sentido, es de destacar que, a pesar de existir más de cien tipos de cáncer, los más comunes son los que continuación se mencionan:
- Cáncer de pulmón: Generado, principalmente, por la exposición al humo de tabaco, causa alrededor de 1.5 millones de muertes al año.
- Cáncer hepático: Genera, aproximadamente, 745 mil muertes al año, su principal detonante es la cirrosis.
- Cáncer de colón: Las causas de su aparición aún no son claras, sin embargo, los factores de riesgo son la obesidad, dieta pobre en frutos y verduras pero rica en grasas saturadas y carnes rojas. Genera alrededor de 521 mil muertes anuales
Los apuntes anteriores muestran un panorama general respecto del cáncer, sin embargo, habrá que delimitar más aún el tema señalando los índices que nuestro país presente en este sentido.
Así pues, la situación en México es la siguiente:[2]
- Según estimaciones de la Unión Internacional contra el Cáncer, cada año se suman más de 128,000 casos de mexicanos.
- Existen 100 tipos de cáncer, la mayoría son curables si se detectan en etapas tempranas. En México, el 60% de los casos son detectados en etapas avanzadas.
- Los cinco tipos de cáncer en México son: de próstata, de mama, cervicouterino, de estómago y de pulmón.
Ante esta situación, nuestro país debe enfrentar y luchar por la erradicación mediante tratamientos que generan costos al erario público, en este punto del artículo revisaré como la actual administración ha dado cara este tema.
Partiendo de la raíz, el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 elaborado por la administración en turno no hace un énfasis concreto sobre el tema, es decir, no señala expresamente las líneas o ejes de acción que pondrá en marcha para combatir el problema en comento, situación que me parece delicada dados los índices tan altos de mortalidad que esta enfermedad genera.
Cabe destacar que el apartado México incluyente señala que todos los mexicanos tendremos acceso a la salud desde una perspectiva de los derechos sociales sin que ello implique un Estado paternalista.[3] Situación que me parece preocupante, pues ello implica que desde el inicio de esta administración la mira de la conducción de la política en materia de salud apuntaba a que el estado poco a poco dejaría de responsabilizarse de este tema.
Después de la revisar el Plan Nacional de Desarrollo y aunado a lo comentado en las líneas que anteceden revisé un plan gubernamental más específico, me refiero al “Programa Sectorial de Salud.” En el descubrí, con bastante asombro, que no contempla de forma especializada el combate a la enfermedad que estoy tratando en este artículo, por el contrario destaca los temas de “chécate, mídete muévete” como una campaña para erradicar la obesidad y la diabetes; bajo este mismo orden de ideas, se contemplan las medidas para combatir el VIH y temas de planificación familiar, nada relacionado con el cáncer.[4]
Quiero destacar en este punto que no es incorrecto que la administración en turno trate con preferencia las dos enfermedades a que hice mención en las líneas que anteceden, sin embargo, resulta preocupante que el tema de Cáncer no sea contemplado dadas las cifras y motivos que a lo largo de todo este artículo hago mención.
Una vez revisada la parte general la investigación me lleva a indagar sobre qué instituciones gubernamentales atienden la enfermedad, estos fueron los resultados:
- Instituto Nacional de Cancerología.[5]
Es el órgano rector en la materia de la Administración pública en nuestro País, atiende a pacientes con este padecimiento y que no cuenten con seguridad social. Dirige las políticas públicas en la materia, fomenta la investigación de tratamientos que curen el padecimiento. En 2017 se le asignó un presupuesto de $479,662,344 .[6]
- SEGURO POPULAR.
En este apartado habrá varias anotaciones que hacer, empiezo señalando que este programa da una lista de enfermedades que cubrirá dicho seguro, en este orden de ideas, de la lista de 250 enfermedades que atiende en la número 20 y 21 señala al cáncer[7], sin embargo dicho seguro no atiende todos los tipos.
Así, tendremos que este seguro ofrece tratamiento para: Cáncer de colon, mama, próstata y cérvico-uterino. Dejando fuera al pulmonar, de estómago, cuya incidencia en México es considerablemente alta.
- Instituto Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado.
Al indagar sobre esta institución descubrí toda una política pública encaminada a la prevención y detección temprana del cáncer, con PREVENISSSTE contempla toda una campaña de proximidad para informar sobre el tema. [8]
Lo anterior es muy loable, sin embargo, hay que resaltar lo siguiente:
Primero: Estas campañas y medios preventivos están reservados para los trabajadores del Estado y sus beneficiarios, por lo tanto, no cubren ni la mitad de la población mexicana.
Segundo: De la misma forma que el Seguro Popular, sólo contempla el cáncer de colon, cervicouterino, próstata y mama, dejando fuera pulmón y estómago.
- INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL.
La información que otorga este instituto es pobre en relación al tema, pequeñas cápsulas informativas sobre la detección pero ninguna campaña de proximidad a pesar de ser el órgano gubernamental que coordina la campaña “chécate, mídete, muévete.” Sin embargo hay que destacar que esta institución además de los tratamientos para los tipos de cáncer que atienden las dos instituciones que anteceden, este atiende el cáncer de pulmón. [9]
A manera de conclusión, el tema de cáncer considero que debería ser un tópico principal en la agenda pública, sin embargo, como analice a lo largo de este artículo, para la administración actual no representa gran relevancia toda vez que no se contempla desde el Plan Nacional de Desarrollo. Ahora bien, se destinan recursos para otras tantas cosas poco necesarias como internet en el metro de la Ciudad de México y se deja fuera la atención al cáncer.
Por otro lado, habría que revisar los gastos secundarios que esta enfermedad genera, temas como ampolletas o medicamentos necesarios para la recuperación del paciente y que no son cubiertos por el Estado. Al final tenemos que, como en la mayoría de los problemas importantes en nuestro país, este queda al abandono o con una atención al mínimo.
[1] http://www.who.int/topics/cancer/es/
[2] http://www.incan.salud.gob.mx/
[3] http://www.gob.mx/salud/acciones-y-programas/programa-sectorial-de-salud-21469
[4] http://www.gob.mx/salud/acciones-y-programas/programa-sectorial-de-salud-21469
[5] http://www.incan.salud.gob.mx/principales/nosotros/qui%C3%A9nes-somos.aspx
[6] http://pef.hacienda.gob.mx/work/models/PEF2017/docs/12/r12_nbv_pie.pdf
[7] http://www.seguropopular.org/
[8] http://www.prevenissste.gob.mx/cancer
[9] http://www.imss.gob.mx/tags/c%C3%A1ncer?page=1