Por Carlos Palomares Rivera
Coreógrafa, artista, e incansable promotora de la cultura. Gloria Contreras es un ejemplo claro de responsabilidad social y compromiso con su país, es por ello que se ha ganado ser la personalidad con la que inicia esta sección especial denominada “Con esencia mexicana”.
María del Carmen Gloria Contreras Röniger, conocida en el medio por su nombre artístico Gloria Contreras, nació en la Ciudad de México el 15 de Noviembre de 1934 y murió en la misma capital el 25 de Noviembre de 2015.
Realizó estudios de danza en la Ciudad de México a los quince años, al poco tiempo se mudó a Canadá para incorporarse a Royal Winnipeg Ballet, posteriormente se traslada a Nueva York para instruirse en la School of American Ballet; al finalizar sus estudios en dicha institución fundó su primer compañía de danza con una clara tendencia a resaltar la esencia de su país natal, la nombro “Cielito lindo” y la dirigió durante catorce años.
Después de su temporada en Estados Unidos, Gloria decide regresar a su país con la firme convicción de formar una compañía que sintiera las raíces mexicanas, que se identificara con las sensaciones que produce escuchar Huapango de Moncayo, que al bailar sintieran el color, el sabor y el aroma de México. La emérita coreógrafa se fijó la meta de crear un ballet mexicano de altura.
Sin embargo, y para su sorpresa, la llegada de Contreras a México no fue flamante, se encontró con un país donde, según sus propias palabras “Era difícil hacer arte”, no existían muchos recintos donde se pudiera desarrollar esta disciplina, los que había eran pobres y lo que más le dolió Gloria fue, como declaro alguna vez, darse cuenta que “los mexicanos no querían bailar con ella”.
Gloria no claudicó, buscó muchas oportunidades hasta que tocó la puerta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución que le dio la oportunidad de fundar en 1970, el Taller coreográfico de la UNAM (TCUNAM).
El inicio tampoco fue sencillo, le asignaron el teatro Carlos Lazo de la Facultad de arquitectura en la institución que la cobijo, esto no agrado al claustro de la dependencia por lo que Contreras tuvo que pedir autorización de cada uno de los profesores para que se pudiera presentar y ensayar en sus instalaciones.
Inició con algunos de sus alumnos que llegaron con ella desde Nueva York y otras partes de Latinoamérica, no transcurrió mucho para que los mexicanos que no querían bailar con ella empezaran a interesarse en el Taller.
Con el paso del tiempo logró su meta, el taller estaba integrado en su totalidad por mexicanas y mexicanos.
Fue tal el éxito de su taller que la Universidad le facilitó un nuevo recinto, la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario así, Contreras dirigió 94 temporadas ininterrumpidas dando dos funciones semanales durante nueve meses al año.
En alguna ocasión declaró: “Creo que la cultura es un derecho del pueblo y no un adorno de los ricos” y fue coherente con lo que pensó, con lo que dijo y con lo que hizo pues dedico su vida entera a promover la cultura en todos los niveles socioeconómicos del país, las funciones y el taller completo estaban dirigidos principalmente a los estudiantes universitarios, pero su afán por difundir el arte no se limitaba a ellos pues sus funciones estaban abiertas al público en general.
Los viernes se presentaba el taller que vio nacer a la compañía, el Teatro Carlos Lazo de la facultad de arquitectura cuya función era totalmente gratuita y los domingos se presentaba en la Sala Miguel Covarrubias a un costo que era accesible para el público en general.
Bajo su lema “La danza es una manera de llevar la cultura todos los niveles” Gloria nos acercó a un mundo donde las emociones estaban a flor de piel; con más de doscientos coreografías de su autoría lograba trasmitir tantas emociones que era difícil mantenerte inerte en la butaca y, si bien en su amplísimo repertorio no siempre fueron mexicanos sus compositores, en sus presentaciones por lo menos incluía una pieza de un autor mexicano con lo que lograba enaltecer el amor y el orgullo de tener esta nacionalidad.
En estas breves líneas hago un sencillo homenaje a una mexicana que merece el reconocimiento de su pueblo, del que siempre se sintió orgullosa de pertenecer, de una mujer que no permitió que las adversidades limitaran su potencial de crear arte y así marcar una diferencia en la sociedad mexicana, de una gran persona que hizo mucho porque los mexicanos tuviéramos el país que merecemos.
Confió en que las autoridades de nuestra gran institución no permitirán que el esfuerzo de esta mexicana notable sea en vano y que el Taller Coreográfico de la UNAM continúe con la labor y la visión de su fundadora, permitir el acceso al arte a todo aquel que esté interesado.
¡GRACIAS! Gloria Contreras, por el enorme legado que nos dejas a los mexicanos.
Pocas ocasiones son motivos de un ¡GOYA¡ Este es uno de ellos y está dedicado a tu memoria.
¡México, Pumas, Universidad! ¡Goya Goya Cachun Cachun rara, cachun cachun rara GOYA UNIIVERSIDAD!