Por Carlos Palomares Rivera
A principio de este mes se llevó a cabo El Gran Premio de México, un evento automovilístico de fórmula uno que se ausentó de nuestro país por veintitrés años y que implicó una inversión fuerte por parte del Gobierno Federal y la Cuidad De México para lograr un espectáculo de tal envergadura; todo ello bajo la visión de generar un importante derrama económica en beneficio de los Mexicanos.
La iniciativa privada tuvo participación importante en el financiamiento de este evento, sin embargo, mencionare a groso modo las estimaciones económicas de este sector y me enfocaré en la inversión gubernamental toda vez que está proviene de la administración y el erario público.
La inversión total estimada de este evento es de trescientos sesenta y tres millones de dólares[1], de los cuales, la iniciativa privada aportó ciento cincuenta mil millones de dólares[2] que estimaba recuperar con las localidades vendidas y por la vía de los patrocinios comerciales; se calcula que por el primer concepto se recaudaron cien millones de dólares, el resto de la inversión y las ganancias se obtuvieron por el segundo rubro.
La persona jurídico colectiva que materializa a la iniciativa privada es Grupo CIE, una empresa dedicada al entretenimiento fuera de casa que tiene bajo su firma importantes recintos en América latina; en México, operan el centro Banamex, uno de los mayores y más importantes recintos de exposiciones y convenciones en el ámbito internacional. Igualmente, son reconocidos como el más destacado productor y organizador de eventos especiales[3] y corporativos en México, y operan uno de los centros de contacto más profesionales y reconocidos en el mercado mexicano.[4]
Ahora hablaré sobre la inversión gubernamental que se hizo; de los trescientos sesenta y tres millones de dólares invertidos, doscientos dieciséis[5] provienen de la administración pública federal y la local, todo ello con erario público.
La derrama económica se especulaba llegaría por tres vías distintas:
- El impacto económico local, ello se refleja en la ocupación hotelera que, de acuerdo a la asociación mexicana de hoteles y moteles, hubo en la Ciudad de México una ocupación del cien por ciento en algunos hoteles ubicados en Paseo de la Reforma, Polanco, Zona rosa y Santa Fe; de esta forma se obtuvieron ganancias de ciento ochenta y nueve punto cuatro millones de pesos.
Por otro lado, la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados reporta un excedente de cien millones de pesos[6] extra a lo habitual durante el fin de semana que tuvo cita el evento que nos ocupa en esta ocasión.
- El impacto económico local inducido que se traduce en empleos ocasionales[7] generados por el Gran Premio de México trajo como consecuencia una derrama económica de veintisiete punto tres millones de dólares.
- Finalmente, el valor de la exposición mediática trajo un beneficio para los Mexicanos de doscientos nueve punto cinco millones de pesos.
Bajo estas vertientes y haciendo un cálculo rápido, la derrama económica en esta edición del Gran Premio de México es de quinientos veintiséis punto tres millones de pesos.
La secretaría de turismo Federal estima que en cinco años habrá una derrama económica de dos mil millones de dólares.
Todo lo anterior me lleva a las siguientes conclusiones.
PRIMERA: Parece bastante rentable que contra una inversión de doscientos dieciséis millones de dólares se tenga una derrama económica de poco más de quinientos millones de dólares, sin embargo, la Administración Publica anuncia que es en beneficio de todos los Mexicanos situación que a mí no me convence del todo pues si revisamos el rubro del impacto económico local, veremos que de los hoteleros beneficiados muy pocos son Mexicanos, por lo tanto, la ganancia para la generalidad de la población se reduce a la cantidad de impuestos que los primeros deben pagar por un aumento en sus ingresos; de esta forma, de los ciento ochenta y nueve punto cuatro millones de dólares en el rubro hotelero se reduce la cantidad a lo fijado por las leyes tributarias de nuestro país.
SEGUNDA: La derrama económica por concepto de impacto económico local inducido me resulta la única vía que realmente retribuye a un sector de nuestra población, de acuerdo con la cámara de restauranteros, anteriormente citada, obtuvieron ganancias superiores a las de un fin de semana común, ello se traduce en mayores propinas para los trabajadores a cargo de brindar este servicio, sin embargo, como anoto al inicio de esta conclusión, solo es a un sector de la población y no a la generalidad.
TERCERA: Si bien se generaron alrededor de dieciocho mil empleos con motivo de este evento, la mayoría fueron temporales[8] con ello no se da solución a los problemas de desempleo en nuestro país de manera contundente y;
CUARTA: Considero que nuestro país no pasa por el mejor momento económico de su existencia, que tenemos otros servicios públicos que atender como el acceso a la salud, educación o garantizar seguridad pública como para invertir en grandes proyectos como este que, si bien son bastantes rentables, no son benéficos para la generalidad de la población Mexicana.
Referencias
[1] Consultado en http://www.forbes.com.mx/formula-1-negocio-redondo-en-mexico/
[2] Ibídem
[3] Por ejemplo, el que ocupa a este articulo
[4] Consultado en http://www.cie.com.mx/mx/grupoCie.php
[5] Consultado en http://www.forbes.com.mx/formula-1-negocio-redondo-en-mexico/
[6] Consultado en: http://www.altonivel.com.mx/54212-f1-la-cifras-que-nos-deja-el-gran-premio-de-mexico.html
[7] Consultado en: http://www.pwc.es/es/sector-publico/assets/brochure-estudios-impacto-economico.pdf
[8] Consultado en: http://www.alfadiario.net/articulo/2015-11-03/60661/lo-que-dejo-en-numeros-el-gp-de-mexico